lunes, 28 de octubre de 2019

Vincent Van Gogh


Es frecuente encontrar en la historia del arte pintores cuyo estilo, demasiado personal, ajeno a lo que era considerado lo “normal” en la época, ha intentado ser explicado atendiendo a razones médicas.
La pintura de Van Gogh no es ajena a esta especulación, con la salvedad de que sí parece confirmado que el pintor holandés sufría algún tipo de enfermedad mental partiendo del estudio de su vida y escritos. La cuestión para los especialistas sería determinar cuál era su dolencia; no en vano, durante los últimos cien años se han propuestos males tales como la epilepsia, la esquizofrenia, la depresión, envenenamiento por uso de determinados colores o la sífilis, por ejemplo. A ello se suman las últimas palabras que suelen atribuirse a van Gogh antes de morir: “la tristeza durará siempre”.
Van Gogh ingresó voluntariamente en el sanatorio mental de Saint-Rémy en 1889. Para entonces, ya había sufrido varios ataques nerviosos, había intentado agredir a Gauguin, cortándose él mismo parte de una oreja (aunque hay investigaciones que apuntan a que más bien fue Gauguin quien hirió a van Gogh) y había estado internado en un hospital de Arlés. En su ficha de ingreso en Saint-Rémy se indicó que: “Padece de manía aguda con alucinaciones visuales y auditivas que lo han llevado a mutilarse cortándose una oreja 00 soy de la opinión de que M. van Gogh padece ataques epilépticos no demasiado frecuentes y que es aconsejable tenerlo en prolongada observación.”
A partir de entonces, Van Gogh experimentó ataques esporádicos durante los cuales sufría alucinaciones. A esto se sumaba la depresión, impidiéndole durante temporadas completas pintar algo. Además, cualquier acontecimiento podía afectarle de manera insospechada. Sin embargo, a pesar de ello, Van Gogh abandonó Saint-Rémy en mayo de 1890 para dirigirse primero a París y después a Auvers, donde trabó amistad con el doctor Gachet, amigo de su hermano Theo y aficionado a la pintura, y comenzó una breve pero fecunda etapa artística. De estos momentos data su obra La iglesia de Auvers-sur-Oise.
Pero de nuevo una discusión puso fin a la buena relación con Gachet, la depresión volvió  y finalmente, el 27 de julio, Van Gogh se disparó mientras paseaba en solitario por el campo, falleciendo dos días después. Por si fuera poco, su hermano Theo, que tanto hizo por Vincent, enloquece meses después y fallece al año siguiente.
Tal vez estas explicaciones a su estilo, fundamental en el desarrollo del arte moderno, sean demasiado simplistas, aunque no podemos olvidar que desde el siglo XIX arte y vida de un artista están más unidos que nunca, siendo sus obras reflejo de su biografía personal y espiritual. En cualquier caso, la cuestión sigue abierta y probablemente así seguirá sin una respuesta definitiva.
Algunos médicos de la época afirmaron que Van Gogh no sufría esquizofrenia, dado que esta enfermedad es duradera y crónica, características que no concordaban con los episodios del artista. La correspondencia que el pintor mantenía, principalmente con su hermano, nos ha ayudado a comprender mejor a Van Gogh y lo que le atormentaba. Gracias a ellas, también sabemos que los doctores le trataban de epilepsia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario