lunes, 23 de septiembre de 2019

Taller de Habilidades Sociales


El taller de habilidades sociales se imparte en la UCR desde hace un mes, tiene un enfoque comunicativo y se trabajan diferentes aspectos. Hemos conocido este conjunto de conductas que nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de manera efectiva y satisfactoria. Se  aprenden y practican en el taller con casos prácticos. Estas habilidades son socialmente aceptadas, es decir, implican normas sociales, legales y morales que nos ayudan a entablar relaciones de calidad y generar vínculos con diferentes tipos de personas.

Las habilidades sociales dotan al individuo que las posee de una mayor capacidad para lograr los objetivos que pretende, manteniendo su autoestima sin dañar la de las personas que le rodean. Se trata de dominar las habilidades de comunicación y de tener un buen autocontrol emocional. En muchos trastornos mentales el área de las habilidades sociales es una de las más afectadas, por lo que el trabajo en la rehabilitación psicosocial es importante. En el ámbito de la pedagogía de la salud, se aplican para el tratamiento y prevención de la presión, el alcoholismo, la esquizofrenia, etc. La carencia de habilidades sociales favorece el comportamiento disruptivo, lo que dificulta el aprendizaje. Las habilidades sociales se pueden dividir en seis grupos: habilidades sociales básicas (saber escuchar, iniciar una conversación…), habilidades sociales avanzadas (pedir ayuda, participar, dar instrucciones…), habilidades afectivas (conocer los propios sentimientos, expresar los sentimientos, resolver el miedo, expresar afecto…), habilidades alternativas a la agresión (pedir permiso, quererse, responder a las bromas…) y habilidades para hacer frente al estrés (responder a la persuasión, responder al fracaso, arreglárselas cuando le dejan a uno de lado…).

lunes, 16 de septiembre de 2019

Emociones II

El miedo a veces se respresenta en el cuerpo a través de un dolor en el pecho y en la mente con alguna pesadilla. Esta emoción nos pone en alerta y nos puede ayudar a tomar medidas para atajar, por ejemplo, la causa de ese miedo. El miedo es paralizante y también nos puede causar el efecto contrario, la huída.
La alegría muchas veces aparece cuando nos dan afecto. Son reacciones placenteras ante estímulos que nos agradan. Puede hacer que seamos generosos, amables y positivos sin mucho esfuerzo. Mentalmente nos sentimos más fuertes, plenos y satisfechos. En el cuerpo se puede manifestar con un estado placentero en el que los dolores remiten y se es más ágil.
La tristeza normalmente va acompañada de un sentimiento de debilidad y abandono. Es una soledad difícil de sobrellevar y una sensación de desapego muy fuerte. Una emoción que suele ir acompañada de una pérdida o un fracaso. En el cuerpo se manifiesta con dolores y debilidad.
La ira es una emoción que te hace vivir el descontrol de tu mente y de tu cuerpo. Surge de manera muy intensa y va desapareciendo gradualmente. El cuerpo se calienta, hierve, como si de un volcán se tratase y  a veces explota en forma de gritos o chillidos. La mente y la experiencia propia pueden ayudar a controlarla y así no dejar que se manifieste de forma tan extrema, evitando las explosiones y atenuando su intensidad. Suele generarse cuando la persona no ve salida y lo que le rodea le resulta ajeno o amenazante.