Ariadna
nació en una familia humilde, era una niña muy querida y mimada
hasta que llegan sus dos hermanos Kevin y Minerva. La atención de la
madre se centra en los dos pequeños y ella se siente desplazada,
fuera de lugar. Su padre intenta compensar los ratos que su madre
está con los dos pequeños, Ariadna no entiende por qué Kevin y
Minerva necesitan más cuidados que ella, en esta etapa de adaptación
lo pasa mal. Empieza a sufrir rabietas, se echa al suelo y da patadas
a sus padres y a aquellos que intentan cogerla, tiene pesadillas por
las noches y dolor de barriga. Sus padres atribuyen estos síntomas a
posibles celos de Kevin y Minerva.
Así
como sus hermanos van creciendo Ariadna recupera la estabilidad y los
gemelos son su mayor tesoro, los ayuda en todas las dificultades que
puedan tener.
Ariadna
tendrá que pasar por otra etapa en su vida, sus padres le comunican
que va a comenzar la escuela con otros niños y se lo va a pasar muy
bien con ellos, al principio no le gusta demasiado la idea, ella
quiere quedarse con Kevin y Minerva, hay una pequeña discusión con
sus padres, ella se enfada con ellos unos días y está llorando día
y noche.
En
la escuela se muestra tímida con los demás niños, no confía
demasiado en la gente que no conoce, le cuesta mucho adaptarse,
cuenta las horas para volver a casa y al fin, estar tranquila. Por
las tardes le gusta mucho salir a jugar con sus amigas, Isabel y
María, confía plenamente en ellas y se siente bien con ellas.
Cada
mañana discute con su madre porque no quiere ir a la escuela, su
madre le peina su largo cabello rubio, entre lágrimas y gritos y
muchos tirones. Su madre, cuando le peina cada día, encuentra
chicles pegados en sus hermosos cabellos y no comprende cómo se ha
podido poner tantos chicles y restos de pegamento. Su madre le
pregunta qué ha pasado en la escuela aunque ella no quiere hablar de
ello y dice que no ha pasado nada. Las niñas de la escuela empiezan
a ridiculizarla, se meten con su forma de vestir, sus zapatos, su
familia, con su pelo, con todo lo que le pertenece. Recibe bastantes
palizas de los hermanos mayores de las niñas de su clase, su
personalidad queda hecha añicos. Vuelven a aparecer los miedos
nocturnos, temblores, dolores abdominales y nadie comprende qué
puede pasarle a Ariadna. En casa juega y cuida de sus hermanos y
parece que todo va bien. Sin embargo, de repente, todo se transforma
en rabietas y lloros sin parar, nadie la puede calmar, sus padres ya
no saben qué hacer y la sacan fuera, al aire, para que se le pasen
las rabietas. A ella no le importa estar fuera y cuando sus padres le
dan permiso para entrar ella les dice que ya no quiere entrar en la
casa y que se va a quedar todo el rato allí sola sin nadie ni nada.
El problema es cómo la van a convencer para que entre en la casa.
Una vez en la casa, sus padres intentan que coma algo, sin embargo,
ella se niega rotundamente a comer nada. Culpabiliza a sus padres de
todo lo que le pasa y los odia porque para controlarla le dicen que
le van a quitar a una perrita que ella adora.
Ariadna
ya ha cumplido los 8 años y sus padres empiezan a comentar y planear
su primera comunión, sus padres están preocupadas porque no saben
cómo se va a comportar en este día tan especial para todos. Sus
padres piensan que no va a tener paciencia con los fotógrafos y no
permitirá que le hagan ninguna foto y temen que se enfade con una de
sus rabietas y se escape de allí.
Ariadna
empieza el instituto a los 12 años,
se reencuentra con dos amigas, Isabel y María,
que conocía de cuando eran vecinas, Ariadna está contenta cuando
está con ellas y participa en un taller de pintura con ellas.
Ariadna se lleva bien con sus padres, los estudios le van bien. A los
catorce se saca el carnet pero tiene un accidente, la culpa fue de
un coche que se saltó un stop, por suerte no se hizo daño. Su
familia y amigas están contentas de que haya sido un susto. A los
dieciséis empieza a salir de noche, se van a un pub y sus amigas
hablan con chicos y ella se siente sola, sus amigas encuentran novio
y ella no,
sus hermanos no la entienden. A los diecisiete deja de estudiar y
vuelve al tratamiento,
más adelante empieza a trabajar de camarera. A los dieciocho se saca
en carnet de coche y se compra uno pero deja el trabajo y deja de
pagarlo, entonces, se lo quitan.
A
los padres de Ariadna no les gustaba su carácter a los dieciocho
años, siempre se peleaba con ellos y no sabían qué hacer con ella.
Cada día era lo mismo, la querían ayudar pero ella no se dejaba.
Hasta que un día supieron que salía con un chico que la trataba
mal. Los padres le dijeron que dejara la relación y ella no les hizo
caso. Sus amigas le hicieron entrar en razón, le dio dos
oportunidades al chico hasta que vio que no funcionaba. Desde
entonces, empezó a cambiar, entró en razón y ya no se peleó
tanto con sus padres.
Menos
mal que todo fue más o menos bien con este chico. En una ocasión se
llamaron a las tantas de la madrugada. Sus padres están muy
contentos por el cambio que ha hecho. También tiene a sus hermanos
mellizos, su hermana es más pequeña que ella y no se llevan muy
bien porque cada día se pelean y se chillan y los padres cuando
llegan a casa tienen la cabeza hecha un desastre.
Ariadna
tiene buenas amistades, la casa de sus padres siempre está llena de
gente. Ariadna siempre dice que los mellizos son los más mimados. A
Ariadna no le fue bien en los estudios pero en el trabajo sí. Los
padres están muy contentos con ella pero los hermanos mellizos no
tienen interés en su trabajo.
Ariadna
tuvo que ir al psicólogo, los padres intentaron ayudarla pero ella
no creía en ellos porque sus amigas le decían que el psicólogo no
era para ella. Ariadna hizo un cambio desde que empezó a trabajar,
no parecía la misma, estaba muy contenta con su trabajo. Intentó
ayudar a sus hermanos con los estudios ya que no les gustaba
estudiar.
Su
hermana tuvo que ir también al psicólogo porque estaba cogiendo
paranoias y estaba baja de ánimo. Sus padres siempre están del lado
de Ariadna y su hermano también, pero ella no quiso ser aconsejada
por sus padres. Ellos no supieron qué hacer con ella, siempre estaba
amargada, no se encontraba bien con la familia. No se encontraba bien
con ella misma, se encontraba sola y con las amigas siempre estaba
contenta.
Al
final, el psicólogo la deriva a un psiquiatra que la ingresa en UCR
y allí empieza el proceso de recuperación. En UCR participa en
talleres, le gustan, tiene días buenos y días malos.