Ser padre de gemelos
Todo empezó
un día que fuimos al ginecólogo. Nos dio la noticia de que mi mujer estaba embarazada,
nos pusimos muy contentos, no lo esperábamos. Fue una buena noticia.
Nuestros
padres se pusieron muy contentos, pasó el tiempo hasta que volvimos a los 3
meses al ginecólogo y nos dijo que había
un problema, mi mujer y yo nos miramos y nos asustamos, hasta que nos dijo que
eran gemelos. No sabíamos dónde meternos, luego poco a poco ya lo fuimos
asimilando.
Así como iba
pasando el tiempo nos poníamos más contentos. Solo que cuando íbamos al
ginecólogo nos poníamos nerviosos porque era un embarazo de alto riesgo, pero
todo iba bien, hasta que llegó el parto y nacieron por cesárea el 6 de
febrero. Ahora tienen 11 años recién cumplidos. Fue nuestra alegría.
Cundo iba
pasando el tiempo cada vez estábamos más ansiosos, comprábamos todas las cosas
dobles: cunas, cochecitos, sillitas para poner en el coche, ropa. Todo doble.
Cada vez que
íbamos al ginecólogo íbamos nerviosos, a ver qué nos diría si la cosa iba bien o
no. Aún recuerdo cuando me dijeron que tenía que salir porque le tenían que
hacer la cesaría. Me supo muy mal.
Estando en
la sala de espera vi que salieron dos enfermeras con un niño en cada brazo. Fui
el hombre más feliz de este mundo viendo que todo había ido bien. Estuvimos unos cuantos días en el
hospital hasta que nos dieron el alta y nos fuimos a casa.
Al principio
todo iba bien y así pasaban los meses
hasta que se me hizo un poco grande. No pude más y me derrumbé, noches enteras
sin dormir, cuando no era el uno era el otro y así sucesivamente. Hasta que exploté,
empecé a llevarme mal con mi mujer, empecé otra vez con las paranoias, otra vez
a oír voces, y volver a recaer con las drogas, después de 20 años sin tocar ni
una gota de alcohol, empecé otra vez con la heroína, cocaína y el hachís .Hasta
que estaba días sin ir a casa durmiendo dentro del coche. Mi mujer me dijo que se quería separar y yo lo
acepté. Me había gastado todo el dinero que teníamos ahorrado, me quedé en la
calle, perdí el trabajo, mi mujer, mis hijos, hasta que me ingresaron en el
hospital psiquiátrico, y así estuve un año entrando y saliendo del hospital. Me
hicieron 12 sesiones de electroshock, y no me fue bien hasta que me mandaron a
subagudos de Palma. Allí estuve 9 meses, hasta que salí y me mandaron al hospital de día de Inca y de allí
a la UCR donde sigo yendo hasta el día de hoy.