RECUERDO MEMORABLE SOBRE ANIMALES DOMÉSTICOS
Un gato llamado Elendil siempre había intentado hablar
conmigo, pero me acuerdo de que cuando yo no iba a dormir a mi casa y al día
siguiente al regresar y mi gato me regañaba, muy enfadado, por no haber ido a dormir
con él. Y también te devolvía la pelota cada vez que se la tiraba.
Una perra llamada Tila, era muy buena, sumisa y obediente
porque le decía que se subiera encima de su caseta y lo hacía, después que
bajara de la caseta, y lo cumplía, y así nos pasábamos un buen rato jugando.
Un perro llamado Chans me comía los pies cada vez que
montaba en bicicleta.
Un hámster llamado Picachu se escapó y estuvo una semana
suelto por mi casa con gatos de por medio, y sobrevivió porque lo capturé
debajo del sofá.
Un pollito que cuidábamos para ver si sobrevivía le
llamábamos pingüino porque tenía la espalda recta y comía como un pingüino.
Y un patito pelado no
tenía ni una pluma en su cuerpo, no podía estar en el sol porque se quemaba y
tampoco en la sombra porque se moría de frío, ese patito pelado salió por una
mezcla de gallo cuello pelado con una pata (cosas de animales).
Otro perro llamado Esmígol, éste cantaba aullando mientras
la gallina confirmaba que había puesto un huevo. Y también se subió a un
almendro para seguir a una gata llamada Ceniza.
Y un perro llamado oso, jugaba a lanzarle la piedra y te
devolvía, mientras te movía la cola, y le decía “sit”, y se sentaba, después
volvía a tirar la piedra y así sucesivamente.
Elendil me aportaba cariño, Tila me aportaba entretenimiento
con orgullo, Chans me aportaba juego con deporte, Picachu me aportaba diversión
porque se encaramaba, el pingüino y el patito pelado me producían gracia,
Esmigol era un perro muy cariñoso, y Oso me producía diversión, pura diversión.
En conclusión, aprendes mucho de lo que son capaces de hacer
los animales, y te transmiten mucho cariño y compañía.
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