lunes, 13 de junio de 2016

CUENTO DEL CASTILLO DE BELLVER

El caballero de la armadura oxidada, un libro, que al terminar de leerlo nos  teletransportó como por arte de magia a las distintas épocas del castillo de Bellver.
Una doncella anónima del rey Jaime II nos hará de guía en este viaje.
Vemos una Palma amurallada, de la que sólo habíamos oído hablar, arriba un descampado donde se está poniendo la primera piedra de lo que será la residencia de Jaime II.
La doncella decide aumentar el tiempo a cámara rápida y a continuación podemos ver el gran castillo terminado, pensado también como estrategia para posibles combates al hacerlo circular.
Podemos observar ahora como Jaime II y su familia se instalan en su nuevo hogar, desde luego muy lujoso para la época.
La vida transcurre con normalidad, hasta que damos otro salto en el tiempo y vemos cómo Jaime III es derrotado.
Ahora daremos paso a otra etapa en el siglo XVIII donde esta humilde doncella se ausenta, y damos paso al nº128.  No quiere ser reconocido por su nombre, es un preso que  se ha prestado voluntario, pues ahora el castillo es una cárcel:
“Aquí podéis ver los calabozos y las celdas, donde convivimos todos, aunque podemos ir a nuestro aire por todos los rincones, hasta tenemos a Jovellanos entre nosotros.
En una roca de la terraza dejaré inscrito mi nombre para que me recordéis, pero ahora hay que dar otro salto al tiempo.”

Estamos en el 2016 y nos sorprendemos de cómo ha cambiado todo.

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